miércoles, 19 de octubre de 2011

Amo el videoclip ¡¡Y ME VALE MADRES LO QUE DIGAS!!


El lunes pasado presenté mi proyecto con Miss Cannes (profesora de creación en ficción) lo jodí (o me jodí???) todo. A ella no le parece bien que haga un videoclip en clase de ficción, porque no se aprovechan las posibilidades que dan el sonido en la ficción. De mi parte intenté (torpemente) explicarle que mi intención era hacer una pieza sobre la identidad queer y la ruptura de los estereotipos que nos rodea a la sociedad LGBTQ, partiendo cual secuela de otro video(clip) que hice hace dos años... sin embargo no lo entendió, o así quiero creerlo.

Quizá debí entenderlo desde el momento en que me dijo "Tu video quedaría como para MT... bueno, ya ni en MTV pasan videos, quedaría como un video más para You Tube sobre la banda y ya". Ahora que lo pienso me doy cuenta que ella (y el resto del grupo) no podía ver más allá de "Son imágenes con música". Efectivamente, lo que quiero hacer son imágenes con música. Música que me gusta, imágenes pensantes.

Me encanta el videoclip, y debo confesar que si en un futuro me dieran a elegir entre participar en la producción de un cortometraje o un videoclip, siempre aceptaría la segunda opción. La razón supongo que es porque soy muy popero, me gustan las cosas "bonitas" (así, árida y tontamente, estéticamente bellas y de buena simetría, buen color, incluso buen humor), sin embargo siempre he creído que el videoclip se presta para un contenido "intelectual" más allá de vender y verse bien, porque no soy tonto o ingenuo, entiendo perfectamente que en gran parte la imagen se hizo a la música como una forma de vender.

Por otro lado creo que el videoclip es una forma de microficción algunas veces bien realizadas otras sencillamente visualmente logradas. Entiendo que la música, en este tipo de creación, condiciona la imagen, y quizá por eso también me agrada trabajar con ello. Sentarte a sincronizar la milésima de segundo de una canción, con la milésima de segundo de un video (o número de fotos, como lo es en stop-motion) no es cosa fácil. Pero también, honestamente, en el arte nada lo es. Técnicamente tiene su reto, una complicación que me parece tentadora. Ya se lo decía a mi amigo Fred "Existen problemas en los que a uno le agrada meterse".

Pero vamos, que al final me dije que podía quitar la canción, que como iba la escaleta hasta podría ponerle sonido, "experimentar" con él, jugar un rato, sin embargo el problema ya no fue el sonido o el videoclip, o si las imágenes son bellamente ataviadas, si venden o si son intelectuales, más bien el problema fue el tema: La homosexualidad.

Y aunque me engañe (y lo sigo haciendo) que el problema fue que no me pude expresar bien, no dejo de sentir que esto de ser jota si jode tu trabajo cuando te pones de "militante" o "recalcitrante" frente al tema (hasta me han llamado heterofóbico). En mi intento de mostrar mi insatisfacción frente a los estereotipos sobre la homosexualidad así como las imposiciones sociales que hemos tenido siempre; metí muchas cosas en el saco. Desde los homosexuales de antro que se han convertido como una imagen institucionalizada del "gay liberal", pasando por la represión de la iglesia al decirnos "Depravados y criaturas contranatura"; así como el intento legislativo de controlarnos y hero-normalizarnos al darnos el matrimonio gay no como nueva forma de asociación sino como un ejemplo heterosexual a seguir; también metí a Judith Butler con "El género es performativo" así que a vestirnos como queramos sin ser juzgados. Todo en imágenes, intento de síntesis de muchas cosas en un mismo lugar.

Las escenas eran básicas pero concretas, así lo creo (y lo sigo pensando, por muy petulante que suene) sin embargo al final el comentario fue que todo era demasiado amplio (ciertamente lo es, y pensé lo mismo) y que sería mejor que hablara de una forma más "personal y honesta", que "hablara de mis emociones", fue ahí cuando no estuve de acuerdo y tuve que controlarme.

¿Por qué debo hablar siempre de mis emociones y sentimientos? Me recordó a una entrevista a un par de lesbianas en la televisión donde las dos (mujeres mexicanas de casi cuarenta años, con un poco de sobrepeso, morenas) lloraban frente a la cámara pidiendo ser tratadas como "normales". La entrevista era de un programa sentimentaloide con el interés "sensibilizar" al espectador, ¿cuál era su punto? ¿que la gente al otro lado del televisor diga "mira cómo sufren, son humanas, seamos tolerantes"?

La verdad esta tolerancia heterosexual me caga, me caga en todos los sentidos, ¿por qué tiene que venir esa mayoría a decirme lo que tengo o no tengo permiso a sentir, hacer? ¿por qué YO, como artista visual debo hablarle a un público amplio, mayoritario, con imágenes que los conmueva para que "nos acepten"? Lo siento, eso ya lo hizo "Brokeback Mountain", y sí, me imagino que todos dijeron "Pero mira cuánto se aman". Fin. La película no me gustó, me pareció lenta, aburrida, cíclica, autocomplaciente y se autocompadece.

Me sugirió (ella, la profesora, porque nadie más habló, nadie habla de estas cosas ni en las aulas de "arte", sea por pereza o porque al final no tienen nada que opinar... o no entienden de nada) que hiciera un video con entrevistas de gente cercana a mí (jotas, lesbianas, travestis... de transexuales ni hablar, eso ni Miss Cannes sabe lo que es) de lo que sienten, viven o hiciera una animación como una especie de diario. Yo dije "No, porque sentiría que me estoy autocompadeciendo", ella preguntó la razón. ¿La razón? Porque efectivamente conozco pocas jotas, lenchas, maritrans que lo hallan tenido fácil, pocas salen de clóset con sus padres y les dicen "Mamá, papá soy gay... ámenme". ¡NO! sencillamente no pasa eso. La salida del clóset y lo que viene después de eso, es un proceso que nunca acaba, como siempre lo discuto con mi amiga Liana. Efectivamente. También el proceso personal de identidad de cada persona nunca acaba. Pero nadie se hace gay por gusto. Si le dices a los padres: drama. Si no se los dicen y luego se enteran: drama. Si tienes novio: drama. Si no tienes novio pero vida sexual activa: drama. Y sí, mi salida del clóset así como la adquisición de conciencia frente a mi sexualidad ha sido un drama.

No, no deseo un video sobre dramas, no quiero que digan "pobre de él", o "qué difícil la ha tenido" (que ni ha sido tan difícil, no vivo en Uganda, donde ahí nos persiguen y matan), por curioso que suene, quiero un autorretrato, uno político y a-personal. Uno que diga "Estoy cansado y no quiero tu aprobación, deseo destruir esto, y si estás de paso, pues también te toca a ti, ¿y sabes qué más? No soy el único".

Mi videoclip no es un llamado a la comunidad heterosexual que desea ser complaciente, esa comunidad me la paso por el culo, esa gente no cambia; es un retrato social sobre la homosexualidad, los estereotipos, un llamado para jotas, lesbianas, travestis, transgénero, gente más inteligente que yo (muchísimo más, y quizá más decidida) y también heterosexuales, sí, pero heteros pensantes. No soy tan utópico (estúpido e ingenuo) creyendo que iré cambiando a la gente que no quiere hablar o escuchar, con esa ya entendí que no se puede. Es un llamado, un retrato, quizá un berrinche (maldito, ¿bendito? el momento en el que leí "Ética marica" de Paco Vidarte) sobre las cosas que no cambian, las imposiciones sociales, sobre esta sociedad heteronormativa, conservadora, machista, paternalista, falócrata y que al final ni en las escuelas de arte te dejan expresarte, ni las mujeres tocadas por Cannes entienden de qué va tu obra.

Pero no mis queridos, aún no termino, porque para terminar de hacer catarsis cabe mencionar otras palabras más por parte de mi profesora (que me doy cuenta que es algo homófoba y ella ni en cuenta)

Miss Cannes me dijo:"¿Has visto las películas de Julián Hernández? Es nuestro representante de cine gay a nivel nacional". Me partí... ¿o se me partió? El corazón... ¡¡¡Julián Hernández!!! el mismo que hizo "Cielo dividido", una de las peores películas de temática gay que he visto, aquel que se echó su película "Rabioso sol rabioso cielo", infumable espectáculo preciosista de tres de horas con desnudos "de supuesta innovación", pero claro, ella me habló de su trabajo "Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor" (fíjense amores míos el título), filme que no he visto, que fue el primero de sus largometrajes o uno de los primeros, no lo sé. Quizá sea mejor que sus otros dos bodrios, ni idea, no pretendo verla. Lo que sí se es que NO ME SIENTO IDENTIFICADO NI REPRESENTADO por el cine de Julián Hernández, si todas las jotas fuéramos como las de su cine, ya estaríamos muertas, presiento su siguiente filme se llamará "Las jotas suicidas", qué se yo...

Para finalizar el análisis, Miss Cannes dijo: "Sí, Julián es un encanto, y su pareja que es su productor también es un encanto, claro". Un encanto señorita Cannes, un encanto, según esta mujer, es lo que debe transmitir el cine gay porque sino, ni siquiera pasa de un simple taller de ficción dado en una escuela de vil provincia. Porque es necesario hablar de los sentimientos, de las emociones, conectar con el público, emocionarlo, hacerlo llorar, para eso es el cine ¿no? (sarcasmo, vil sarcasmo).

Ya ni hablar de sus comentarios como "Sí, hablas de desacuerdo con el matrimonio gay... pero también las mujeres se casan..." Y yo aguantándome las ganas de decir "Sí, esto también nos toca a los LGBTQ, pero es un tema que las feministas tratan ya desde hace mucho, y lo hacen bien", claro, que las tiran de a locas, la novia de una amiga es feminista transgénero e igual la gente se burla de ella, entorna los ojos y poco falta para que le saquen la lengua cada vez que ella toca el tema. Nos ven mal, ni modo.

"Pero bueno Lucio, te dimos varios golpecitos mentales", concluye Miss Cannes una vez que intento irme del aula con la poca dignidad que me queda, porque no fui lo suficientemente inteligente o elocuente para defender mi videoclip, mi gusto por la imagen, mi postura, mi identidad. Sólo contesté "Pues era necesario". Necesario darse cuenta que aún ahí en el aula de clase con gente "pensante e inteligente" eres un extraño y que tu profesora, una homófoba de clóset.

Para desahogarme me fui a la clase de postproducción con Miss Mammer (así autonombrada) a quién le gusta hacer videoclips. Yo ya tomé esa clase, me gustó mucho. Estaban haciendo un videoclip para "Los exquisitos", necesitaban ayuda, así que me travestí y le hice de roquero. De ahí la foto.

Hoy recibí un correo que mi videoclip "Tiempo perdido (El clóset)", será expuesto en el coloquio "Cuerpo y alma: Representación del hombre en el arte" 26-28 de Octubre 2011, dentro de la categoría de "Género e identidad"en la sala de exposiciones del Palacio Cortés, Cuernavaca, Morelos.

Supongo que esto es... exponer mis emociones y sentimientos. Y también estar ardido, pero no lo niego, estoy ardido contra la homofobia.

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Qué es lo que extrañas?



Llevo un par de semanas sintiéndome algo vació (bastante, diría yo) no es la primera vez que esto me sucede, y cuando pasa me pregunto a mí mismo ¿qué es lo que extrañas?


No suelo tener la respuesta muy clara, pero ahora sí, demasiado. Extraño Valencia.


-En ocasiones de Valencia extraño más la soledad que la compañía.


-Extraño poder caminar por las noches sin miedo.


-Desearía poder regresar y leer una vez más en sus parques, playas, cafeterías…


-Ir en bicicleta los domingos cuando no hay nadie por las calles y esperar la llamada de mi ahora ex novio, tomar esas riendas tontas y singulares de la independencia.


-Extraño el sexo. Tener mucho sexo.


-Las salidas nocturnas y el exceso de alcohol.


-Zorrearle a gusto y recibir varias miradas lascivas.


-Las buenas librerías, pasear por ellas.


-Las clases con datos suculentos. Sé que me quejé mucho al ir a España, pero ahora que vuelvo mis clases siguen sin ser muy buenas.


-Extraño extrañar a mi familia… me gustaría volver a tenerlos lejos, por un rato más (suena mal, pero así son las cosas)


-Extraño que mi vida se dedique a otras cosas y no únicamente a la escuela/casa/servicio social, como lo es ahora.


-La gente de distintas nacionalidades y por ende diversas visiones del mundo, cara a cara, sin intermediarios hipertextuales.


-Tener tiempo para cocinarme y tener esa libertad de decidir qué comer y a qué hora.


-Dormir sin culpa.


-Extraño mucho a mi novio.


-A mis compañeras de piso y mis amigas y amigos de allá.


-Pasear a la deriva sin nada que hacer, sin preocupaciones.


En pocas palabras, extraño mi vida propia, llena de libertades, sí, pero también de aparentes responsabilidades. Una tonta libertad, un estúpido anhelo.


También extraño muchas cosas más... supongo, pero todas son tan poco conscientes como el deterioro que he estado sufriendo desde que volví para "encontrarme" en esta jaula de oro que llamo vida.

domingo, 2 de octubre de 2011

Mostrar los huesos



Acomodando ideas para una nueva pieza que tratará sobre la homosexualidad, identidad LGBTQ y tendrá una canción de los Yeahs como inspiración, pretendo seguir una línea en correlación con mi video "Tiempo perdido" de hace menos de dos años (no digo más, ya lo verán).

En este acomodo y re-acomodo de ideas condensadas en el ordenador, reviso los archivos y después de todo no es que me falten ideas, sino la decisión de llevarlas acabo. Ahí en el PC está un guión (bien estructurado, con sus cuatro tratados, dos escaletas, biografías, etc, etc) infinidad de entradas hechas para el blog de "La campana..." que nunca vieron la luz, otras para este blog que tampoco verán la luz. Borradores de ensayos (eso sí, todos terminados... al menos) justificaciones de piezas y más piezas. Documentitos que los profesores te obligan a efectuar para tener la idea más clara y que yo, sin recordarlo, lo tengo ahí guardados bastante menospreciados.

Abandono muchas ideas. Tengo al menos unos tres inicios de novelas, cada uno con dos variantes. Una de ellas es la reescritura de la historia que manejo en el blog "La campana de cristal..." que preferí no avanzar más, se me hacía una tontería hacer algo que ya no me llenaba (por eso también el blog se ha quedado algo estancado), otra es una historia muy a "La invitada" de Simone de Beauvoir por ahí muy olivada que inicié antes de partir a España (y yo, con mucho interés, pensé que allá le avanzaría. Igual la abandoné) y ahora está ahí otro inicio, uno al que espero dedicarme. Idea para novela que me surgió en Valencia, me la traje a México para ver si entra a algún proyecto, pero este año lo dudo.

Ideas creo no faltan. Falta tiempo (organizarme), falta esa dedicación, me falta clavarme más (antes era un clavado, ahora me cuesta), falta reencontrarme con mi pasión obsesiva (que tanto me gusta), pero la escuela, el servicio social y mis asuntos personales hacen que deje a medias tintas mis ideas. Eso y la terrible pregunta de "¿Para qué hago esto?" siempre se encuentra ahí la duda de la necesidad frente a la creación. Sé que no es nada nuevo, a todos nos pasa.

Pero por eso lo digo. Mi nuevo video me tiene muy entusiasmado. Ya el tiempo lo dirá. A trabajar.